En el corazón de la mujer que amaba a la muerte,
no había mas que una rosa y un jazmín,
un olor a madera vieja
y una bandera de color gris.
Los labios de la mujer que amaba a la muerte,
habían besado ya mas de alguna calavera,
fría, lejana y fresca,
del color de su bandera.
En los ojos de la mujer que amaba a la muerte
se reflejan inertes los cuerpos tristes
que dejaron de ser duros como la piedra,
llenos de colores azules y grises.
La mujer que amaba a la muerte no tiene miedo,
se lo ha llevado el viento.
Si, el viento color-gris.
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