sábado, 13 de agosto de 2016

Gasolina y mechero en una habitación.

      No es el miedo a quemar toda la habitación
el cual a él, principal narrador
acongoja
es el miedo de sus pupilas al horror
por cambiar lo que nada cambió
hasta ahora, 

       No será por el tierno suspiro de un adiós
por lo que rápidamente su habitación
arderá,
si no por el resto de un mechón
que se escondía en un rincón
sin habitar.

[Pero...]



     Se detuvo y con paciencia se preguntó
sin valdrá la pena malgastar su valor
en hacer arder,
porque se dice que sobre lo que quemó
tardó siempre demasiado una flor
en crecer.

domingo, 7 de agosto de 2016

Último grito del hombre que ya duerme.


Es una vaca ya muerta en el suelo,
bajo  un cielo gris y marrón,
la Ilógica de zinc y carbón
que va caminando suelta por el tiempo.

Sigo sin salir de esas dudas tan normales,
despistadas y silenciosas,
déspotas y dictadoras,
ciclo de cuestiones indomables.

Y entre las sabanas se me cuelan,
palabras ya apagadas,
terminadas con desgana,
en una cabeza que ahora ensueña.