sábado, 13 de agosto de 2016

Gasolina y mechero en una habitación.

      No es el miedo a quemar toda la habitación
el cual a él, principal narrador
acongoja
es el miedo de sus pupilas al horror
por cambiar lo que nada cambió
hasta ahora, 

       No será por el tierno suspiro de un adiós
por lo que rápidamente su habitación
arderá,
si no por el resto de un mechón
que se escondía en un rincón
sin habitar.

[Pero...]



     Se detuvo y con paciencia se preguntó
sin valdrá la pena malgastar su valor
en hacer arder,
porque se dice que sobre lo que quemó
tardó siempre demasiado una flor
en crecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario