domingo, 2 de octubre de 2016

Réquiem por un futuro pasado.

He huido tantas  veces del futuro que no es digno,
por eso sigo preguntándome a día de hoy cual es mi sitio,
si mi mente esta sitiada por pensamientos que me sacan de quicio
y por eso yo por las mañanas con túnicas de odio  me visto.

He visto lo invisible y he oído lo prohibido.
He sabido que una madre no puede alimentar a su hijo.
He leído que la desesperación del desahucio lleva al suicidio,
y que las lágrimas del famélico llenan demasiados bolsillos.

No puedo negar que no conozca lo evidente,
me tapan murallas que no me dejan ver lo que tú sientes,
siento bases vociferando verdades, el aire es mi cliente,
vete, que al oír mi voz, al oírla, igual te arrepientes.

La locura la relacione a valores que ya no existen,
quizás sea la causa de no saber a dónde irme,
viven en mi  profundo interior rencores que me dirigen,
hacia una situación de rabia que hará que me desquicie.


Y oico silbidos sin saber su procedencia
se aprecia en cada verso como se entra en decadencia
La existencia no es dura lo duro es la causa primigenia
Que hará que expulsar mi rabia sea tema de urgencia.


Rompo el papel, la alegría y mi propia cara de insomnio,
dejo mis propias inquietudes a mis propios monstruos,
en ocasiones lloro porque simplemente me agobio,
y que me arrepiento de algunas palabras dichas, creo que es obvio.



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